Data de naixement: 1932
Renom: Cal Macià
Professió: Mestressa de casa
Cases del poble on ha viscut: Cal Macià
Data de gravació: 6/12/2021
Lídia Cabré [LC]: Casi que me sale a mí siempre más rápido el castellano.
Xavier Roman [XR]: El que es trobi vostè és còmode.
LC: Yo fui a la escuela. Fui unos años, quizá tres años o así, a la escuelita de aquí. Yo estaba ahí muy bien. Pero siempre en castellano porque estaba el Franco que obligó a todos los colegios a hablar el castellano, el idioma español.
Después, yo me casé con un señor de Zaragoza, y siempre hablábamos en castellano. Después él aprendió el catalán y lo hablaba mejor que yo. Hablaba el catalán tan fluidamente, porque él estudió gramática. Hablaba mejor, corregía a los otros.
Enrique Getán [EG]: Mi papá. Era el jefe del apeadero. Después fue el jefe de estación de Reus. Y luego fue a Tarragona.
LC: Ens vam conèixer aquí a l’Argentera. Jo sóc Lidia Cabré Mestre, de Cal Macià, al carrer Major número 1. Mi mamá fue la comadrona: Joana Mestre Punyet. Asistió a l’Argentera i a Duesaigües. A los dos pueblos, perquè sempre han anat junts. El médico y el rector también.
EG: Ella trajo al mundo a todos los del pueblo. Tiene una calle con su nombre.
LC: Yo nací en el año 32. Aún no tengo noventa años. Cuando mi hijo prepare la fiesta que le he pedido para los 90 años, yo pensaré que tengo 90 años. No me importan los años. Una vez, en el restaurant de mi sobrina en Salou, vino en el restaurant un señor, porque yo iba mucho allá con ella porque somos casi de la misma edad. Entonces un señor me preguntó cuántos años tenía. Siempre tengo tres más que mi sobrina. Le pregunté a mi sobrina, y se lo dije al señor. Se pensó que no se lo quería decir. No me importa que me lo pregunten, porque mientras uno está vivo, me gusta cumplir años.
XR: A quines cases ha viscut?
LC: Jo sempre he viscut a cal Macià. Al costat de l’església i de cal Mèlic. Hi havia l’Anita de cal Mèlic, que vivia en aquest carrer. Aquí quasi totes les cases tenen un nom.
Aquesta casa on som ara era planta baixa. No hi havia aquesta planta de dalt. A la planta baixa hi vivien una família que després se’n van anar a viure cap a l’Espluga, i la casa va quedar en venda. Mi mamá la compró. I un dia que vaig pujar de Reus, mi mamá me dice “Ai Lídia, qué vestido tan bonito te compré. Precioso, te va a gustar mucho”. Fue una gran sorpresa: era la casa. Llavors vivíem a can Macià, i m’ho va dir mentre pujava les escales. La casa que va comprar era molt bonita, porque era esquina, le da el sol. El Bernal hi va viure molts anys. La mama deia que el dia que tocava el lloguer, que era poc, venien corrents a casa a pagar-lo. Eren molt complidors i molt bona gent.
Mi papá era Eugenio Cabré Jardí. Trabajó en Reus, a ca l’Oliveras, que era una fábrica de jabón muy grande, jabón de panela. Antes no había jabón en polvo. La fábrica de jabón estaba en el raval bajando desde la derecha de la plaza Prim. Después vino la guerra, y mi papá subía aquí. Y de repente subían, se presentaba un camión lleno de milicianos, con unos fusiles enormes y nomás a mi madre se le helaba la sangre. Quizá a él también. Y le obligaban a ir a Reus a fabricar jabón, esos milicianos. Y tenía que ir. Era un camión con unas cajas.
EG: Era maestro. En los bajos de cal Macià había las máquinas para hacer jabón. Eran máquinas grandes.
LC: Después mi papá puso la fábrica de jabón aquí, a l‘Argentera. I cal Macià es tan grande, que la hicieron más grande gratando por debajo. Porque tenían la caldera, una caldera grande, ahora queta caldera la tiene el Eugenio, mi sobrino, el seu fill. Se la llevaron a su finca, porque no sabíamos qué hacer con ella. Porque la casa de cal Macià ya no es nuestra. Entonces había que sacar todo. Pero muy bien, está muy bien. Mi papá fabricaba jabón aquí, también, y se vendía. Se vendió muchísimo a Barcelona. Com aquí sempre han vingut moltes persones a veranejar, de Barcelona, de Tarragona… Antes había mucha gente, en el pueblo, todo el año. Había muchos niños.
Después se pusieron a trabajar las minas que había aquí arriba. Están cerradas, o ya las debían cerrar, porque si caen de una criatura se muere. Venía muchísima gente a trabajar. Eran andaluces, que allá no había trabajo, y venien cap aquí. Se llenó el pueblo de gente andaluza. Nosotros les dimos vivienda, porque aquí en el pueblo teníamos una finca con una caseta camino de la sierra, camí dels Estrets. Y allí mi mamá colocó muchas familias. Un señor le dijo a mi mamá “Has donat a esta gentuza”. Però si no tenien ni sostre ni res. Els posàvem matalassos de fullaraca.
EG: A trabajar en el campo, a recoger… Estos son los trabajadores. Había que huían, y…
LC: Eran tan buena gente, y también niños. Pero no les dejaban comer ni una avellana del suelo. Porque las avellanas eran nuestras y de eso vivíamos, de las avellanas, y después como digo, mi papá de la fábrica de jabón… Había una máquina, que pasaba las barras de jabón, y las cortaba.
Joana Homs (JH): Comencem per Sant Antoni.
LC: Iban a cazar. Y había un chico, amigo nuestro, que quizá tenía quince años o ni tanto, que venía, que había cazado y para entrar al pueblo y presumir un poco de lo que había hecho, llevaba los conejos aquí colgados [al cinto, a la corretja]. Decían: “Os ha ido bien, porque ha cazado bastante” Vivían por allá després de Cal Pere Viudu, li deien, ca la Pataleta.
Aquí casi todas la casas tenían un nombre. També hi ha cal Guillem, que era una casa que sempre hi havia gent, també. Eran primos, primos hermanos, la señora que vivía ahí, la dueña, de cal Guillem, era hermana de mi padre. Casi todo el pueblo era familia. El pueblo era pequeño, pero se vivía muy bien y mis recuerdos son siempre agradables.
Venía por ejemplo Navidad, nos íbamos a la Societat, y allí hacíamos comedias, teatre, porque al señor cura nos hacía hacer teatre. Iba a Reus y buscava una funció, lo que fos, y nos hacía hacer teatro, al escenario. Había un dictador [apuntador] abajo. Estábamos, diría yo, estupendos. Recogíamos dinero, con mossèn Arturo.
Después pusieron a mossèn Arturo al hospital de Reus, porque se hizo mayor. Y aquí pusieron uno para Duesaigües i l’Argentera. Pero él estuvo aquí muchos años. Casó a mis hermanas. Era un señor muy bueno, y nos hacía hacer teatro, que a veces eran cantados.
Todos mis recuerdos son muy agradables, todos los recuerdos de aquella época son muy agradables para mí, yo me sentí siempre muy feliz aquí, pero después mi mamá quiso que yo estudiara Bachillerato, la secundaria. Entonces me puso interna en Tarragona. Al colegio del Sagrado Corazón, que eran monjas carmelitas. Estaban en la calle Augusto, una avenida paralela a la ronda. A la parte de arriba, como si vas a la iglesia, se subía por allí. Y eso me valió mucho porque después yo he tenido una vida bastante movida. Quizá demasiado. He volteado casi el mundo. Porque de la casa de aquí fuimos a Italia varias veces. Me casé muy joven. Estaba enamorada y me casé. Yo me casé cuando no había cumplido los 20 años. Ahora serías muy joven, entonces también. Y cuando una se quiere casar, se casa. Y ya está. Cuando estuve interna, para hacer toda la secundaria en ese colegio, nos llevaban de paseo un domingo sí, un domingo no. Y todas suspirábamos para que llegara aquel domingo…
EG: Y las fiestas del pueblo?
LC: Las fiestas del pueblo eran muy divertidas. En aquel tiempo, yo tenía 13 o 14 años, lo encontraba muy divertido y suspiraba que llegaran estas fiestas. Venía la Pasqua y ya íbamos. Íbamos a comer la Mona toda el pueblo al pantano, o a l’Escornalbou. Cuando fuimos a l’Escornalbou, había todo el pueblo. Todas agarradas de la mano, jugábamos así, a la ruleta rusa. Y uno, cuando le tocaba, tenía que salir al centro y entonces decía algo. Yo me sentí siempre muy feliz a l’Argentera. Cuando yo estaba interna, en Tarragona, siempre contaba los días que faltaban para ir de vacaciones. Y tachaba, mira yo: falta uno menos, uno menos, uno menos…
Teníamos muchas tierras, que se cosechaban avellanas. Después todo lo dejaron perder porque no tenían precio. Los comerciantes de Reus importaron la avellana de Turquía, que era más grande y más barata. Ahora una señora me dijo que vuelven a ir muy caras. Ahora que ya todo está perdido… Pueden tener el precio que quieran, que ya nadie lo hace. Porque además toda la juventud ya se ha ido a Barcelona, Tarragona, Reus, a buscar empleo. La gente de mi pueblo es muy inteligente. Todos los niños ya son inteligentes. Y se saben buscar la vida muy bien.
Nosotros teníamos de avellanas, para ir a plegar avellanas, esto es en septiembre. Teníamos dos y tres plegadoras que venían de Aragón, a plegar vellanes. Y se quedaban en casa, a Can Macià, arriba en la golfa. Tres, a casa. La casa era muy grande. Las chicas se ganaban la vida. LC: Y nos hacían la feina y todo. Ayudaban a mi mamá, le hacían la feina. Después arreglaban la cocina, todo limpio. Eran muy trabajadoras.
EG: Era un negocio.
LC: En la escuela, había doña Carmen, y después otra maestra que tenía toda la familia aquí, porque después de la escuelita, arriba, hay un piso para la maestra. Vivían allí, con una terraza grande y muy linda, que se veía toda la carretera y los trenes. El esposo de doña Carmen era el senyor Joaquim, y tenían una hija.
A la fuente de l’Abeurador, donde iban los animales, pues lo carrer que des d’allà anava al Capdevall, hi havia la Corraleta, que li deien, un pedazo que no había pared…. y se veía toda la gente que subía del correo. Íbamos ahí: la distracción era ver quién subía. Quién había ido a Reus. Porque no había nada más.
Después ya vino el cine. Primero siempre íbamos a bailar, abajo a la Societat. Y bailábamos divino. A mí me encantaba bailar. El procedimiento era que las citas nos sentábamos ahí, contra la pared. Pero había muchas chicas, y después venían los chicos, que estaban por allá al patio, y te sacaban a bailar. Fulana, ellos escogían. Escogían a la persona que querían bailar. Era el procedimiento. Una esperaba ahí a ver… A mí siempre me escogía un chico que vivía por allá a Cal Pere Viduo, era hijo de allà. Se llamaba Josep Maria. También había su hermano el Emilio. Y el Joan, que es va casar amb la Dolors de cal Pascaló.
El Joan, que anava amb una noia de Cal Pascaló. I aquest Josep Maria, se casó con una chica plegadora d’avellanes pero muy bien, también se casó. Entonces quedó el Milio. El Emilio. Pero tenien una germana a Barcelona. Treballant a Barcelona. Aquella chica sabía mucho de coser. De coser fino. Y estaba allá con una familia, creo.
XR: Se’n recorda de quines obres de teatre feien?
LC: Me acuerdo que casi todas eren com de religió, i després una que es deia “Les petites formiguetes”. Sortíem todas las niñas, de detrás del escenario, al escenario, el apuntador estaba allá abajo, y cantábamos, las niñas, pero hacíamos el movimiento: “Les petites formiguetes, a l’istiu! Quan el blat ja està segat, ben lligat i apilotat, ta ra ra ra Surten arrenglaradetes, del seu niu, fent xiu – xiu, fent xiu – xiu…” Después ya venían les persones más mayores, que ya tenían setze o divuit anys, i feien comèdies però ja parlant, pero nosotras que éramos unas niñas, abrían el escenario con nosotras.
XR: I festa Major?
LC: La festa Major, todos lo esperábamos con gran anhelo. Yo la encontraba tan bonica. A mí me gustan mucho las campanas, y de bon dematí ja tocaven les campanes, a la missa, per festa major. Era la missa solemne. Venien cures, además del de l’Argentera, debían ser los otros, invitados. Entonces, tocaban y tocaban las campanas, todo el tiempo que duraba la procesión. La procesión era: primero salíamos de la iglesia, toda la gente íbamos pal Colomer (ara le dicen Colomer), luego bajábamos, pasábamos pel carrer Major, primero delante la Iglesia, pasábamos pel carrer Major, íbamos al capdevall del poble, dábamos la vuelta a la escuelita Y subíamos otra vez hasta la iglesia. Y ahí hacían la despedida. Y después inventaron una canción de l’Argentera.
XR: L’himne. El Mestre Llorenç el va composar i la seva filla [Teresina] en va escriure la lletra.
LC: El Mestre Llorenç. Em sembla que hi havia vegades que vivien aquí, prop de la escuela. Era un señor músico que sabía todo. Eran muy buena gente, muy buena persona. Y se casó con una chica de aquí de l’Argentera, d’una família que després se’n van anar a viure a l’Espluga. La mamá va comprar llavors aquella casa.
Per festa Major, primer baixaven unes orquestres. Després contractaven les orquestres a Barcelona. I bailábamos todo el tiempo. Hacían baile de vermut, després íbamos a casa, a comer. La comida del mediodía. Y después anàvem altra vegada a la iglésia, a rezar el rosario. Salía de la iglesia otra vez, para hacer la vuelta y se metía la imagen de Sant Bartolomeu, i de Sant Isidro. N’hi havia dos. Cap allà on hi ha la piscina. Que abans no hi havia piscina. I quan els tancaven a dins, s’acabava: ell cura se despedía de la festa Major.
Tenían que comprar esas imágenes, porque no había. Y el cura dijo en el sermón, porque el cura siempre, a mitad de la misa, hacía un sermón referente siempre al Evangelio del día o de la setmana, o del pueblo, que faltaban dos imágenes: la virgen de Lurdes y Sant Joan. Pero no pidió nada. Sólo dijo que faltaban las imágenes. Ya habían arreglado la iglesia, porque la iglesia la destruyeron mucho cuando la guerra, era preciosa. Nos habían hecho oro. Y cuando llegamos a la casa, mi mamá dice: Yo había pensado que quizá la podríamos colaborar nosotros, y yo: Mama, què diu?. Sí, porque estaba todo destruido, pues ahora la quieren hacer. Luego acordamos de que ella regalaría una imagen y a mí, ella me dio el dinero, sería la otra. Sant Joan, ella se llamaba Juanita, mi mamá, Sant Joan y yo la Maria de Déu de Lurdes.
Pues yo le fui a decir al cura, y se puso muy contento. Ay, qué rápido han salido los donantes, qué rápido. Después pidió, el cura, las imágenes en Barcelona, que las tenían que hacer. Y cuando llegaron, pusieron las imágenes a cal Macià, a l’entrada. Pusieron una mesa, y las imágenes ahí. Y entonces, nosotros vivíamos ahí, aún. Entonces bajamos en procesión de la iglesia a Cal Macià y cuatro chicos ya agarraron las imágenes y las pasearon por un poco por el Capdevall. Y subieron a la iglesia y ya las colocaron ahí. Yo llevaba de la mano a Enriquito, que era pequeño. Y mi mamá, llevaba de la mano a José María, mi sobrino. Que entonces lo teníamos nosotros porque sus padres siempre trabajaban a Ascó, que tenían muchas olivas. Y nos fuimos a buscar en procesión todo el pueblo. Fue un gran evento. Porque el pueblo siempre ha sido pequeño. Y toda la gente estaba muy emocionada. Y fíjate que eso parece que nadie se acuerda, y sí que se acuerdan. Porque yo tenía tres amigas muy amigas, aquí, en el pueblo. La Maria, que viu cap allà baix, de ca la Rosa Maria de la Trilla, i la Conxita, que viu al carrer Major. Nos vestimos mi mamá y yo de negro, y una chulona. Y vino todo el pueblo. Entonces ahí a la plaza vivía gente, había el Modesto. El Modesto, muy buena persona siempre.
EG: Un día al año ibais a la playa.
LC: El senyor de cal Pascaló tenía camión y nos bajaba un día en verano a Cambrils! A bañarnos. Nos obsequiaba para que nos bañáramos en el mar. El camión tenía, detrás, una gran una tabla, que sube y baja. Lo gozábamos…
E: Iban muchos?
LC: Todo el carro. Asentados, en el suelo del camión, a la caixa. Y hasta llegar a Cambrils. Y cuando llegábamos a Cambrils, íbamos cap a la playa. El camión se quedaba en su sitio. Íbamos a la playa, nos bañábamos, jugábamos, y lo pasábamos divino. Era un gran evento. Al final del día, luego ya nos subían, ya todo el mundo se iba a su casa, porque ya estábamos muy cansados, de correr y jugar en ese Cambrils. Pero nos bañábamos y todo ahí. Habían muchos pinos, a donde íbamos a Cambrils.
XR: I per Tots Sants, panellets i castanyes?
LC: Tots Sants era un gran dia. També era festa. En aquel entonces, el día antes, la gente iban al cementerio a arreglar su sepultura. La lavaban bien. Muchas personas le pusieron unas anellas con unas tapas y las ponían brillantes. El cementerio estaba precioso. Había xirprers i pinos, en el cementerio. Venía mucha gente. Había una o dos personas que tenían una sepultura muy grande.
Recuerdo la senyora Angeleta, vídua del senyor Masó. El senyor Masó era el propietari de la casa davant de cal Macià, i va ser enterrat en una d’aquestes sepultures. Quan la senyora Angeleta va quedar vídua, venia sempre a casa a pasar el rato a la noche, y cuando quería, mi hermana la acompañaba a su casa. Havia de pujar les escales, perquè vivia al pis de dalt.
A baix d’aquesta casa hi vivia la Maria, que feia puntes de coixí. Aquesta senyora se cuidava de les campanes de la iglésia: d’anar a tocar. Tocaven tres vegades per anar a la missa. La primera vegada, sea lo que sea ya te podías quitar todo y arreglar todo. La segona: Oye, que ja han tocat la segona vegada. Mi mamá: Encara no estàs vestida, venga!. I a l’hora de tocar la tercera, a la tercera ya empezaba la misa. Ya tenías que estar a la iglesia. Perquè el señor cura, Mossèn Artur, tenía Duesaigües i l’Argentera.
El mossèn trabajaba mucho, y no tenía coche, iba caminando. Després mossèn Miquel, que si no recordo malament em va casar. Vam fer una gran boda, al Cafè, que en deien, a dalt. Al Cafè hi havia la Maria. Vam convidar el señor cura. Però no va voler menjar amb nosaltres, va demanar que li servissin el menú a l’Abadia. A l’Abadia, enganxada a l’església, hi tenia casa seva, que era molt gran. I se li va servir tot el dinar. Era tímid i no va dinar amb nosaltres.
XR: Quin menú van fer, el dia del seu casament?
LC: Primer que nada siempre hacían una sopita, y después hacían canelones. Aquel día los hicieron, no los compraron hechos como ahora. Hacerlos era muy costoso, porque primero hay que bullir toda la pasta, dejar que se seque un poco, luego rellenarlos, hacer el guiso, pero lo hacían. En los días de fiesta. En Navidad también, yo lo vi. En Navidad, el primer día cada familia hacía su comida en la casa, una comida bien.
XR: I per Setmana Santa?
LC: La Mona: el niño venía a buscar la Mona. Entonces, el segundo día se iba a comer la Mona. Había dos días de fiesta. El día de Pasqua y el domingo. El domingo, a veces íbamos a Riudecanyes al pantano. Pero la mayoría de las veces, íbamos al castillo. Ahí había una familia, la Neus. Como que había muchos niños pequeños, se hacía la Mona, sortia allà on ara fan fútbol. Y hacían una gran rodona y se comían la Mona allí.
El clima siempre ha sido frío en l’Argentera, porque la mayoría de las personas veraneantes subían de Reus, porque cuando hacía mucho calor, en l’Argentera hacía fresco. Y venían, lo senyor Sancho, trabajaba en un banco.
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LC: [Recita una poesia escrita per ella]
…
Sus montañas verdes y erguidas
Sus intrépidas y oscuras golondrinas
Su campanario de piedra
Sus muros llenos de yedra
Sus acacias blancas
Sus geranios rojos
De emoción hacen llorar a mis ojos
Entre pinos y avellanos
Sentí mis sueños crecer
Y al recorrer los caminos
Quise a mi pueblo volver
Las piedras de sus caminos
Anhelo otra vez pisar
Y en el azul de su cielo
Los pájaros contemplar
Amo estos altos parajes
De pino y de romero
Sus colinas de avellanos
Sus barrancos y senderos
En las fiestas de mi pueblo
Las campanas al viento sonarán
Nostalgias y sentimientos
En mí despertarán.
El erguido Motxilló
Con la ilusión subiré
La roca que está en su punta,
en éxtasis tocaré
Y al cerrar con fe mi ojos
Un deseo pediré:
Que mis hijos, aunque lejos,
Vengan aquí alguna vez.
[Aplaudiments]
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